Q&A: Sebastián Calfuqueo


By Rafael Soldi | July 23, 2020

Sebastián Calfuqueo Aliste (Santiago, 1991). Visual Arts PhD graduate from the University of Chile. They are part of the feminist Mapuche collective Rangiñtulewfü.

From Mapuche origin, their work appeals to his cultural inheritance in order to propose a critical reflection on the social, cultural and political status of the Mapuche subject in the contemporary Chilean society and Latin America. Their Work includes installation, ceramics, performance and video art with in order to explore the cultural similarities and differences as well as the stereotypes produced from the cross between indigenous and western ways of thinking. Their work has also the purpose of making the problems feminism and sexual dissidence movements present visible.

Their work has been exhibited in Chile, Perú, Brasil, México, United States, Germany, Spain, UK, Switzerland, Sweden and Australia. Recent exhibitions include solo presentations at Galería 80m2 Livia Benavides, Galería D21, Galería Metropolitana, Parque Cultural de Valparaíso y el MAC -Museo de Arte Contemporáneo- de la Universidad de Chile, Quinta Normal, en Santiago de Chile.

They were awarded with the Municipalidad de Santiago award on 2017 and Premio Fundación FAVA on 2018.

[SPANISH]

Sebastián Calfuqueo (Santiago, Chile, 1991) vive y trabaja en Santiago de Chile. Licenciade y Magister en Artes Visuales de la Universidad de Chile. Es parte del colectivo Mapuche Rangiñtulewfü.

De origen Mapuche, su obra recurre a su herencia cultural como un punto de partida para proponer una reflexión crítica sobre el estatus social, cultural y político del sujete Mapuche al interior de la sociedad chilena actual. Su trabajo incluye la instalación, la cerámica, performance y el video, con el objetivo de explorar tanto las similitudes y las diferencias culturales como los estereotipos que se producen en el cruce entre los modos de pensamiento indígenas y occidentalizados, y también visibilizar las problemáticas en torno al feminismo y disidencias sexuales.

Su obra ha sido exhibida en Chile, Perú, Brasil, México, Estados Unidos, Alemania, España, Reino Unido, Suecia, Suiza y Australia. Exhibiciones recientes incluyen presentaciones individuales en Galería 80m2 Livia Benavides, Galería D21, Galería Metropolitana, Parque Cultural de Valparaíso y el MAC -Museo de Arte Contemporáneo- de la Universidad de Chile, Quinta Normal, en Santiago de Chile.

Ganadore del Premio de la Municipalidad de Santiago en 2017 y del Premio de la Fundación FAVA en 2018.

 
Photo: Pepo Fernandez

Photo: Pepo Fernandez


[SPANISH]

[ENGLISH]


Ko ta mapungey ka (Water is also territory, 2020) / Ko ta mapungey ka (Agua también es territorio, 2020)

Ko ta mapungey ka (Water is also territory, 2020) / Ko ta mapungey ka (Agua también es territorio, 2020)

Rafael Soldi: Hola Sebastián, gracias por conversar con Strange Fire.

Sebastián Calfuqueo: Hola chiques, gracias por la invitación, estoy muy contente por esta conversación.

RS: Tu obra nace a partir de una exploración biográfica, en la que el contexto chileno y latinoamericano es utilizado para discutir temas globales de raza, sexo, género y clase social. ¿Cómo utilizas tu experiencia para comunicar estas preocupaciones globales?

SC: Mi experiencia biográfica tiene relación con la violencia histórica que viví por ser Mapuche y sujete no binarie. La sociedad chilena así como otras en Latinoamérica, han sido profundamente racistas con sus pueblos indígenas, hemos sido sometidos a vivir según los parámetros que nos asigna el colonialismo. Desplazamientos forzados, diásporas que migran de comunidades rurales a las ciudades. No es sólo la historia de mi familia, sino de muchas otras en estos territorios. Por ello creo que mi trabajo se conecta con otras experiencias de racialización que han vivido esa violencia histórica.

RS: Uno de los temas que aborda tu obra es la relación entre el cuerpo y la naturaleza, una noción importante en la cultura Mapuche. ¿De qué manera exploras este tema? ¿Existen otras ideologías, tradiciones o estéticas Mapuche que tengan una influencia en tu enfoque artístico?

SC: El cuerpo es parte de un territorio, parte de la naturaleza, parte también del presente. Los relatos históricos construidos sobre el mundo Mapuche siempre hablan de un pasado heroico, pero en el presente, la casta gobernante no quiere que hablemos de lo político, de la restitución de tierras, de la reparación sobre las violencias que se han cometido. Somos personas políticas, sujetos de voz, pero en ocasiones somos leídos aún de forma colonial por medio del arte. Tenemos voz política, por sobre todo reivindicadora de nuestros territorios, de nuestros cuerpos, de nuestras experiencias; escribir nosotros mismos nuestra historia.  

La Guñelve (Estrella que representa el lucero del amanecer o Venus) ha sido un símbolo Mapuche que he utilizado en varias obras, es una imagen que se puede observar en pinturas y relatos coloniales, como símbolo de la resistencia Mapuche, para mi ha sido importante relevar el valor de este símbolo y lo que significa para pueblo Mapuche.

El color azul es otro componente asociado a mi herencia. Mi apellido se traduce como “pedernal azul”, este color es sagrado dentro de la cosmovisión Mapuche y de gran valor. Lo utilizo de una manera política, habitando también ese imaginario estético presente en lo Mapuche.

Kowkülen (Liquid Being, 2020) / Kowkülen (Ser Líquido, 2020)

Kowkülen (Liquid Being, 2020) / Kowkülen (Ser Líquido, 2020)

RS: ¿Podrías contarnos acerca de "Kowkülen (Ser Líquido, 2020)”?

SC: “Kowkülen” se traduce como “Ser líquido” al español. Es un trabajo audiovisual de tres minutos de duración que se compone de un video, sonido y un texto autoral sobre las aguas. La obra realiza un recorrido corporal, personal y poético con respecto a las aguas, los humedales, los lagos, los mares, los ríos y las vertientes. Es un trabajo realizado en Curacautín, en la región de la Araucanía, zona que ha estado en constante asedio por el estado a través de la policía militarizada de Chile. También es una región que ha sido intervenida por las forestales del país, desarrollando proyectos extractivistas neo colonialistas por parte de empresas europeas, quienes a través del monocultivo intensivo de Pino Insigne, especie foránea que requiere una gran cantidad de agua para su crecimiento, dejando como consecuencia el que miles de personas no tengan acceso al agua.

La obra cuestiona al extractivismo, las relaciones del agua y la vida, sus implicancias con “itrofil mongen” (todas las formas de vidas) necesarias para la armonía en los territorios. También problematiza el legado colonial occidental que nos heredó un pensamiento basado en lo binario definido siempre desde la oposición: femenino-masculino, civilización-barbarie, blanco-negro. Las especies no somos binarias, nos movemos por aguas que se adaptan a los diversos contenedores de nuestras experiencias y corporalidades.

RS: Trabajas instalaciones, performance, cerámica, fotografía y video. ¿Cómo decides qué medio utilizar para cada proyecto? ¿De qué manera es importante para ti la tecnología y medios digitales?

SC: En mi trabajo he evitado encasillarme en un único lugar, también con las técnicas artísticas. La cerámica me interesa en su proceso de transformación, partiendo como material que es parte de la tierra y el sedimento (arcilla) para finalizar en un objeto bello esmaltado. También utilizo muchos materiales sintéticos, pelo plástico, recubrimientos plásticos, materialidades que simulan lo natural.

Los proyectos que involucran tecnologías también me parece muy fascinantes, existe una rebeldía en mi trabajo para escapar de las tradiciones formales asociadas al arte “indígena”. Me interesa provocar con mi obra, por ello las técnicas no son lo fundamental, sino un medio que aporta a la propuesta artística. Con la performance tengo una relación más biográfica, mi cuerpo siempre ha sido un campo de batalla, mi cuerpo es político, por esta razón es el material que más utilizo en mi obra.

Bodies in resistance (2020)

Bodies in resistance (2020)

RS: Hablemos sobre las obras “Mirar (2019)” y “Buscando a Marcela Calfuqueo (2018)”. ¿Cómo llegó Marcela a ser parte de tu trabajo? ¿Cual es su rol en la obra: sujeto, colaboradora, coautora? 

SC: La obra “Buscando a Marcela Calfuqueo” es un video de 10 minutos que registra la búsqueda y posible re- encuentro con Marcela Monsalve, una joven con quien tenemos un gran parecido físico. A través de la técnica de la radiestesia, guiada por Andrés Palominos, se rastrea a Marcela bajo una estrategia no convencional, tras su desaparición de las redes sociales. El trabajo comienza con un recorrido personal sobre la feminización de mi mismo cuerpo en la adolescencia conectado con la imagen de Marcela, un otro femenino.

“Mirar” es la comprobación y evidencia de esa similitud en los rasgos físicos, donde aparece Marcela (la otra), Millaray (alter ego) y yo. Nuestras miradas y comparaciones son exhibidas en esta serie fotográfica, cuestionando los binarismos de género asociados a lo físico.

Marcela es una colaboradora en estos proyectos, tal vez en un futuro vuelva a producir otra pieza con ella. El tiempo es algo importante también para nuestra relación, puesto a que con la edad, el cuerpo se altera significativamente y no sabemos qué pueda pasar con nuestras apariencias.

Estas obras fueron seleccionadas para la Bienal de Mercosur Femenino(s). Visualidades, Acciones y Afectos”  de este año curada por Andrea Giunta.

Buscando a Marcela Calfuqueo (2018) / Searching for Marcela Calfuqueo (2018)

Buscando a Marcela Calfuqueo (2018) / Searching for Marcela Calfuqueo (2018)

Buscando a Marcela Calfuqueo (2018) / Searching for Marcela Calfuqueo (2018)

Buscando a Marcela Calfuqueo (2018) / Searching for Marcela Calfuqueo (2018)

RS: ¿Qué relación guarda tu obra con el archivo?

SC: Mi trabajo está muy vinculado al archivo, a la revisión de la historia, ya sean crónicas o relatos coloniales. Ha sido importante mirar estos archivos, siempre hechos desde el ojo colonizador sobre los cuerpos indígenas. Pese a esto, creo que es importante analizar la forma en que se ha construido la historia de los cuerpos e identidades sexuales en las sociedades pre coloniales. Es un vestigio de otras formas de pensar el género más allá de las categorías de femenino y masculino presentes en el mundo occidental.

8. El lenguaje y el cabello son dos recursos que repites y usas en conjunto frecuentemente. ¿Cómo se relacionan estos medios entre sí y qué es lo que te atrae a ellos?

El pelo posee un valor importante en mi biografía, en el proceso de feminización de mi cuerpo en la adolescencia. La escuela fue el lugar que mutiló esa posibilidad de habitar mi propio cuerpo, la norma patriarcal hizo cortar mi cabello en repetidas ocasiones, debido a que los “hombres no debíamos usar el cabello largo”. Hay una historia de los cuerpos indígenas sobre el corte de pelo también, muchos hombres fueron asimilados a la visualidad occidental, su cabello fue despojado y asociado a lo femenino. Me parece que el cabello también da cuenta de esa estructura colonial que sigue imperante en muchas comunidades y territorios.

El mapudungun, la lengua Mapuche, ha sido un aprendizaje que he adquirido lento y de adulto. Mis abuelos eran castigados, siendo golpeados con varillas de madera en sus manos por hablar la lengua. Hoy hay una importante revitalización del mapudungun en curso, por eso creo que es político utilizarlo en mi trabajo y hacerlo presente en mis reflexiones.

Kangechi (2019)

Kangechi (2019)

RS: ¿De qué manera has utilizado el cosplay para deconstruir estereotipos, o para entender cómo se construye la identidad en los ojos de otres persones? Por ejemplo, en obras como “Tañi Laku Pedro Calfuqueo Ka Kuku Isolina Huechucura, (2017)”, “Kangelu, (2018)” y “Millaray Calfuqueo Aliste: Nombre Para Un Posible Nacimiento (2017)”.

SC: Los estereotipos y prejuicios sociales han limitado mucho a las personas, nos dejan en lugares muy delimitados, funcionales a los intereses coloniales y patriarcales imperantes. Es por ello que he recurrido al cosplay como herramienta, para desbaratar esos imaginarios, burlarme de ellos, ocuparlos y evidenciar ese racismo presente. También ha servido como un ejercicio contrario, para no caer en esencialismos, puesto a que no creo en ellos. Cada una de las personificaciones fueron hechas con maquillaje, sin intervención digital, también por esa idea de camuflar mi cuerpo tras una máscara, de habitar otra piel.

Creo que cada una de estas representaciones son una posibilidad de pensar una extensión de mi propia identidad, que no es lineal y tampoco es limitada.

Kangelu (2018)

Kangelu (2018)

RS: Gracias, Sebastián. ¿En qué proyectos estás trabajando ahora?

SC: La mayoría de mis proyectos fueron pospuestos para el año 2021 por la pandemia. Muchos estos aún no tienen su fecha final, pero me tienen muy entusiamade.

Estaré en la muestra “Right to inhabit”, proyecto curado por Joselyne Contreras, que se desarrollará en Tate Exchange, de Tate Modern, en Londres, y que incluye la participación desde Chile de Carolina Illanes, entre otros. Esta exhibición trabaja y se vincula, desde un eje decolonial, con el barrio Elephant and Castle de la ciudad, buscando interactuar directamente con los espectadores. Allí, la obra que mostraré es inédita y se centra en el uso de plantas con fines curativos.

También soy parte de la bienal  “Perdidos. en medio. juntos”, la XXII Bienal de Arte Paiz en Guatemala, curada por Alexia Tala y Gabriel Rodríguez. En esta bienal es importante el eje decolonial propuesta por los curadores, y que tiene mucho sentido por la historia de Guatemala. Ahí presentaré mi obra “You will never be a weye” hecha en 2015 y que es muy significativa en lo personal.

Otros proyectos en Chile tienen vinculación con el mundo fungi, el uso de hongos dentro del mundo Mapuche y también las posibilidades como campo no puesto en valor. Este proyecto será realizado en colaboración con el Museo del hongo de Chile y la residencia “Valley of possible” en la zona sur del país, que verá la luz en Septiembre de este año.

Ko ta mapungey ka (Water is also territory, 2020) / Ko ta mapungey ka (Agua también es territorio, 2020)

Ko ta mapungey ka (Water is also territory, 2020) / Ko ta mapungey ka (Agua también es territorio, 2020)

Rafael Soldi: Hi Sebastián, thanks for chatting with Strange Fire

Sebastián Calfuqueo: Hi there, thanks for the invitation, I’m thrilled to be speaking with you.

RS: Your work stems from biographical exploration, in which the Chilean and Latin-American context is the base from which you discuss global issues of race, sex, gender, and social class. How do you employ your personal experience to speak to these larger global concerns?]

SC: My life experience relates to the historical violence that I sustained as a non-binary Mapuche individual. Chilean and Latin American societies are profoundly racist with how they relate to indigenous communities, we have been subjected to live according to parameters assigned by Colonialism. Forced displacements lead diasporas to migrate from rural communities to urban cities. This is not just my family’s story, but that of so many others from those territories. Because of that, I believe that my work connects with other experiences of racialization that are informed by this violent history.

RS: An important theme in your work is the relationship between the body and nature, an important notion in the Mapuche culture. In which ways does your work explore this theme? Are there other ideologies, traditions, or aesthetic influences that guide your practice?

SC: The body is part of a territory, part of nature, and also part of the present. The historic narrative of the Mapuche always speaks of a heroic past, but today’s government does not want us to speak of political matters, of the restitution of our land, of reparations for the violence we experienced. We are political people—we have a voice—but in art we are often represented through a colonial lens. We have a political voice that vindicates our territories, our bodies, our experiences; we write our own history. 

The Guñelve (a star that represents the planet Venus, or the morning star) has been a Mapuche symbol that I have used in several works. It’s an image that can be seen in colonial paintings and narratives as a symbol of Mapuche resistance. For me it has been important to reclaim the value of this symbol and what it means for the Mapuche community. 

The color blue is another element associated with my heritage. My last name translates to “blue flint”—this color is sacred in the Mapuche worldview and is very valuable. I use it in a political way to inhabit this imaginary aesthetic that is present in the Mapuche psyche.

Kowkülen (Liquid Being, 2020) / Kowkülen (Ser Líquido, 2020)

Kowkülen (Liquid Being, 2020) / Kowkülen (Ser Líquido, 2020)

RS: Can you tell us about “Kowkülen (Liquid Being, 2020)”?

SC: “Kowkülen” translates to “liquid being”. This 3-minute work consists of video, sound, and author text over the waters. This work presents a physical, personal, and poetic journey regarding water, wetlands, lakes, oceans, rivers, and slopes. This work was created in Curacautín, in the Araucania region, an area that is in constant siege at the hands of the Chilean militarized police. It is also a region that has been tapped by national timber companies who have developed neocolonial extractivist projects on behalf of European enterprises. Together they enable the monoculture of Insigne Pine—a non-native tree species that requires large quantities of water—and in the process deprive thousands of people from access to water. 

This work questions the relationship between life and water, and the consequences of extractivism with relation to“itrofil mongen” (Mapuche for ‘all forms of life’) necessary for harmony on our land. This work also seeks to complicate the Western colonial legacy that introduced a binary code defined by opposition: feminine/masculine, civilization/barbarism, black/white. We as a species are not binary, we move through waters that adapt to diverse containers of our experiences and bodies. 

RS: You work with installation, performance, ceramics, photography and video. How do you decide which medium to use in each project? Why is it important for you to use technology and digital media?

SC: In my practice I’ve avoided painting myself into a corner, and the same goes for medium. I’m interested in ceramics as a transformative process, beginning with a material that is part of the earth (clay) to end up with a beautiful glazed object. I also use synthetic materials—plastic hair, plastic wraps, and materials that simulate nature.

Projects that involve technology are also fascinating to me. There’s a rebelliousness in my work to escape the formal traditions associated with “indigenous” art. I’m interested in provocation, therefore technique is not what is fundamental, but rather how a medium contributes to the conceptual integrity of the work. I have a more personal relationship to performance. My body has always been a battleground—my body is political—so for that reason it is the material I use most in my work.

Gato por liebre (2016)

Gato por liebre (2016)


RS: Tell us about your work “To Gaze (2019)” and “Searching for Marcela Calfuqueo (2018)”. How did Marcela end up being a part of your work? What is her role in your work: subject, collaborator, co-author?

SC: “Searching for Marcela Calfuqueo” is a 10-minute video work that documents the search and potential reunification with Marcela Monsalve, a young woman with whom I share great resemblance. After her disappearance from social media, I turned to an unconventional strategy to locate her—a divination technique called dowsing, under the guidance of Andrés Palominos. The work begins with a personal journey around the feminizing of my own body as a teenager, connected to Marcela’s image—the “female other.”

“To Gaze” is the proof and evidence of this physical resemblance, where one sees Marcela (the “female other”), Millaray (my alter ego), and me. This photographic series exhibits our gaze and comparisons, questioning gender binaries associated with physical attributes. 

Marcela is a collaborator in these projects. Perhaps in the future I might produce more work with her. Time is also an important part of our relationship, given that bodies change significantly with age and we don’t know what may happen with our appearance.

These works were selected for this year’s Mercosul Biennial, “Feminine(s): visualities, actions and affections” curated by Andrea Giunta.

Mirar (2019) / To Gaze (2019)

Mirar (2019) / To Gaze (2019)

To Gaze (2019), installation at Galería 80M2 Livia Benavides

To Gaze (2019), installation at Galería 80M2 Livia Benavides

RS: How do you relate to the archive?

SC: My work is very linked to the archive and the revision of history, whether it be chronicles or colonial tales. It’s been important to look through these archives, which are always created through a colonial lens concerned with indigenous bodies. In spite of this, I think it is important to analyze the way in which the history of bodies and sexual identities in pre-colonial societies was built. In these archives we find traces of other ways of thinking about gender beyond the prevailing binary introduced by the Western world.

RS: Both language and hair are strategies and mediums you employ and often use in conjunction. How do these two mediums relate to one another and what attracts you to them?

SC: Hair plays an important role in my life story, in the process of feminizing my body as a teenager. School was the place that mutilated the possibility of inhabiting my own body—patriarchal norm made me cut my hair repeatedly because “men do not sport long hair.” There is also a history of indigenous bodies and hair cutting. Many men were assimilated to the Western vision of masculinity, stripped of their long hair and associated with femininity. I feel like hair is a clear example of the colonial structure that continues to rule many of our communities and territories.

Learning Mapudungun—the Mapuche language—has been a slow process that I began as an adult. My grandparents were punished, struck with a wooden rod on their hands for speaking their language. Today there is an important revitalization of Mapudungun taking shape, which is why I think it’s a political choice to utilize it in my work and bring it forward in my reflections. 

Mürke ko (Water with toasted wheat flour) (2016) /  Mürke ko (Aguita con harina tostada)(2016)

Mürke ko (Water with toasted wheat flour) (2016) / Mürke ko (Aguita con harina tostada)(2016)

RS: How have you used cosplay to deconstruct stereotypes, or to understand how identity can be constructed through the eyes of others? For example, in works like “Millaray Calfuqueo Aliste: Name for a possible birth (2017),” “Kangelu (2018),” and “My grandfather Pedro Calfuqueo and my grandmother Isolina Huechucura (2018)”

SC: Stereotypes and social prejudices have limited people—they box us into delimited spaces that only serve ruling colonial and patriarchal interests. For this reason I have used cosplay as a tool to disrupt these imaginary visions, to mock them, to inhabit them and to make visible the racism therein. It has also served as an opposite exercise, to not fall victim of essentialisms, because I don’t believe in them. Each personification was created with make up, without digital intervention, in order to camouflage my body behind a mask, to inhabit another skin.

I think that these representations are an opportunity to craft an extension of my own identity, which is not lineal nor is it limited.

Millaray Calfuqueo Aliste: Name for a possible birth (2017) / Millaray Calfuqueo Aliste: Nombre para un posible nacimiento (2017)

Millaray Calfuqueo Aliste: Name for a possible birth (2017) / Millaray Calfuqueo Aliste: Nombre para un posible nacimiento (2017)

RS: Thank you Sebastián. What are you working on now?

SC: Most of my projects have been postponed to 2021 due to the pandemic. Many still don’t have a final date, but I am very excited about them.

I will be in an exhibition titled “Right to Inhabit,” curated by Joselyne Contreras at the Tate Modern’s Tate Exchange in London. It will also include Carolina Illanes from Chile, among others. This exhibition engages with the Elephant and Castle neighborhood from a decolonial axis—it seeks to interact directly with viewers. I will present a new work that centers on the use of plants as medicine.

I am also part of the XXII Arte Paiz Biennial in Guatemala, “Lost. in the middle. Together,” curated by Alexia Tala and Gabriel Rodriguez. In this biennial, the decolonial axis proposed by the curators is very important because of Guatemala’s own history. There I will present my work “You will never be a weye,” from 2015, which is very important and personal to me.

Other projects in Chile are connected to the world of fungi, the use of mushrooms in the Mapuche world, and the potential of a field that is not presently valued. This project will be completed in collaboration with Chile’s Mushroom Museum and the residency “Valley of Possible” in the southern region of the country, which will come to light in September of this year.